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2025 ya largó: LLA quiere ser casta y el resto sigue desorientado

Norberto G. Asquini

Aunque las fuerzas políticas tradicionales, ya sea en La Pampa como en el país, sigan desorientadas sobre qué hacer en 2025, podemos decir que la campaña en la provincia ya largo. Es que los que forman parte de La Libertad Avanza local, los violetas que son los más “fuertes” (por ser el oficialismo nacional) y a la vez los más “débiles” (carecen de estructura) se lanzaron en la semana a desnudar la interna por quién debe llevar adelante la representación mileísta y hacerse con la herramienta partidaria y a la vez electoral.

El conflicto interno desnudó además la pelea por los cargos (escasos y menores) entre dos sectores libertarios, lo que demuestra las apetencias de sus seguidores por convertirse en casta, y a la vez la falta de experiencia (eso no es una cualidad sino una falencia) de los mileístas en materia política. Faltan dirigentes que dirijan algo y que tengan un análisis más complejo que decir a cada rato “Javo se las va a poner a todos”.

A pesar de esas incapacidades de los locales, la estrategia libertaria en La Pampa tiene otros columnas vertebrales: están los armadores nacionales que al momento de las elecciones pondrán el candidato y cuentan con las encuestas que todavía le dan una considerable buena imagen a Milei y un piso del 30% de adeptos que mantiene en La Pampa y que votaría por su boleta.

El resto de las fuerzas políticas, dijimos, están empantanadas. Esperarán a febrero o marzo para analizar cómo está el gobierno de Milei para empezar con las definiciones. Por ahora, hay malestar en buena parte de la población por las medidas que castiga a los que menos tienen, pero el veranito financiero mantiene a Milei lejos del colapso que muchos auguraban.

En la provincia, cuando se habla con los referentes de cada fuerza, todos parecen tirar su análisis FODA en los que las amenazas son mucho más concretas que las fortalezas.

El peronismo sabe que su fortaleza está en polarizar con el gobierno libertario. Y también lo hará con su boleta. Seguramente el PJ retendrá un diputado nacional por su piso histórico (35%). La amenaza está en las diferencias internas que en las elecciones intermedias terminan tirando para atrás la lista del justicialismo.

Se analizaba hace unos días que ni el gobernador Sergio Ziliotto ni el ex mandatario Carlos Verna pondrían un candidato propio. Verna sostiene su estrategia de prescindencia, como ya hizo antes, para dejarle todo el terreno a Ziliotto; y Ziliotto no quiere impulsar una boleta con candidatos de su gestión que, como ya sucedió en 2021, después sea boicoteada. Frente a este vacío actual, los otros sectores hacen cuentas porque de llevar un postulante propio, todo sería ganancias. El marinismo está obligado a jugar ya que si no perdería la banca propia en el Congreso que hoy está en manos de Varinia Marín. La Cámpora quiere sacar pecho ahora que CFK es la presidenta del partido. Algunos intendentes quieren demostrar que son la alternativa para 2027.

El radicalismo tiene que jugarla con una alianza propia y el camino sería la delgada banda del medio que le deja la polarización entre peronistas y mileístas. Encabezaría una tercera alternativa para competir con las listas del Gobierno nacional y del PJ provincial. La debilidad que ven es que, como ocurre a nivel nacional, su papel quedó desdibujado  y ni siquiera representa una oposición real a Milei y tampoco es la principal al peronismo-kirchnerismo. Como fortalezas para intentar quedarse con el tercer diputado en juego, cuentan con territorio propio y que ante el peligro de perder la banca los sectores internos ya decidieron cerrar filas para una boleta conjunta. Sueñan con que su estructura provincial y su piso histórico (hablan del 20% del 2003, en su peor performance) encaminen a un resultado aceptable.

El PRO es tal vez el más complicado en toda esta historia. La estrategia de quedar de aliados de Milei terminó siendo como la polilla que encandilada por el fuego terminó quemada. La fuga de sus votantes hacia las filas del presidente es evidente. Y en La Pampa el macrismo sigue entrampado por la misma situación. Se analiza que si se alía a LLA, el votante elegirá a los candidatos mileístas que son más representativos de Milei. Y si se juntan con el radicalismo, podrían quedar segundos en la boleta o perder las PASO si las hay. Si van solos, ocurriría lo mismo con la fuga de votos hacia el mileísmo, y a la vez mostrarían los votos propios.

Hay que ver qué ocurre con el plan de Milei de eliminar las PASO. Esto sumado a la implementación de la Boleta Unica de Papel (BUP), dejaría al presidente en buenas condiciones para sortear en la elección que viene el mal armado territorial que tiene. Con la Boleta Unica, Milei se ahorra el esfuerzo por conseguir los fiscales que no tiene. Y con la eliminación de las PASO favorece una atomización del sistema político, que es funcional a su manera de administrar el poder: estos es, comprarlos de a uno y en fila, analiza Ignacio Fidanza.

No hay 2027 sin 2025. Es cierto. También que las próximas elecciones nacionales no definirán las provinciales de 2027, donde hay otras reglas y juegan otras variables (de hecho LLA será un actor menor por falta de estructura propia). Sin embargo, el resultado del próximo año empezará a reconfigurar el mapa político provincial para dentro de dos años cuando se sepa con qué cuenta cada fuerza política.