Con barbijos, distanciamiento social, grupos burbuja y sobretodo mucha alegría plasmada en sonrisas, miles de estudiantes comenzaron ayer el ciclo lectivo 2021 y volvieron a las escuelas. Nivel inicial y primario comenzaron de manera progresiva mientras que la semana que viene se sumarán las escuelas secundarias.

En la Escuela 221, ubicada en el barrio Aeropuerto, la amplitud del edificio les permitió el regreso de estudiantes de primero a sexto grado, quienes a las 8 de la mañana llegaron al establecimiento. «Estamos muy contentos por el comienzo de las clases, es una emoción enorme porque si bien el año pasado tuvimos una experiencia, ahora tenemos mucha más cantidad de alumnos: 150», le contó a LA ARENA Silvina Iviglia, directora del establecimiento.

Allí, la primera jornada del año estuvo dedicada al reencuentro con los y las estudiantes y las docentes de los distintos grados dedicaron las cuatro horas de clases para enseñar e intercambiar información con los grupos de chicos y chicas sobre la importancia de cumplir los protocolos.

«Tenemos fotocopias para pintar y conocer para qué sirve el barbijo y otras para leer y entender cuales son los sí y los no contemplados en el protocolo para que podamos tener clases presenciales. Ellos están muy entusiasmados», contó una de las docentes minutos antes de recibir a los estudiantes en el aula.

Protocolos.
En una recorrida por varias de las escuelas de la ciudad, este diario pudo observar el estricto cumplimiento de los protocolos de prevención del coronavirus. En el ingreso hay señaléctica alusiva al distanciamiento social y uso de tapabocas, alcohol en gel y el infaltable registro de trazabilidad.

Dentro de las aulas, en cumplimiento a una de las principales medidas dispuestas en la normativa del Ministerio de Educación, cada docente trabajó con un grupo reducido de alumnos, con lo cual las imágenes de las aulas fueron muy distintas a las de un periodo normal debido a que la capacidad se vio ampliamente reducida.

Y lejos de las corridas, los gritos, el fútbol, elástico o demás entretenimientos, los recreos también debieron adaptarse a la nueva normalidad ya que las escuelas debieron garantizar que se cumpla el distanciamiento social y que no haya contacto físico entre los estudiantes. «Nuestro recreo cambió completamente, nosotros por prevención hacemos que estén sentados de a dos, cada dos metros, compartiendo un alfajor y un jugo. También tenemos una soga muy grande con nudos cada dos metros para salir a recorrer el patio», contó Iviglia.

Turnos.
En la mayoría de las escuelas, los esquemas diseñados por las directoras y directores son similares en sus rasgos generales: burbujas de alumnos proporcional a la superficie del aula, turnos de 8 a 12 en el caso de la mañana y de 13.30 a 17.30 para los estudiantes de la tarde.

«En nuestro caso nosotros hacemos que un día venga un grupo y otro que venga el día siguiente, es decir, un día sí y un día no», contó otra de las docentes consultadas al tiempo que expresó: «Es una emoción enorme poder volver a las aulas, para nosotros y para ellos, que también están muy contentos».

Y es cierto, después de un año completamente atípico y con momentos complicado para los estudiantes, el encuentro con sus pares a pesar de la distancia de dos metros implicó un alivio, un comenzar de nuevo y poder estar cerca de los compañeros y las compañeras para compartir momentos en el aula y sentir el calor y la energía que la virtualidad impidió durante tanto tiempo.

«Sabemos que será complejo»
El ministro de Educación, Pablo Maccione, junto a autoridades de la cartera, realizaron un acto de inauguración virtual por Zoom con directivos y estudiantes del Colegio Manuel Belgrano, de Eduardo Castex. El funcionario transmitió el saludo del gobernador Sergio Ziliotto, quien no pudo participar de la comunicación, y reconoció que «tanto el año pasado como éste, la comunidad educativa ha puesto un esfuerzo, una creatividad y una colaboración enorme para poder sostener el proceso de enseñanza y aprendizaje de distintas maneras».

Sobre el reinicio de las clases, dijo: «Este año comenzamos con un trabajo que nos va a permitir que todos pasen por la presencialidad, aunque no todos juntos, porque seguimos en pandemia. Sabemos que va a ser complejo, que va a haber que ir ajustando la organización del trabajo en forma permanente, que habrá que sostener esa paciencia que fuimos ejercitando el año pasado para garantizar todo el proceso de aprendizaje».

Maccione le agradeció no solo a los estudiantes y docentes sino también a las familias que «acompañaron en sus casas, desde la no presencialidad». Y agregó: «sabemos que no es fácil, que hay que cumplir protocolos y organizarse pero tenemos estrategias para poder transitar este año de la mejor manera posible».