Por Yamila Gerbaudo

Queridos lectores, este espacio, que fue creado en el 2018, busca generar conciencia ambiental mediante la reflexión de una breve columna y brindar pequeños tips para cuidar nuestro ambiente y nuestros recursos naturales. En esta oportunidad comienzo esta columna con un Proverbio Iberoamericano, que dice: “La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”.

Comienza agosto, el octavo mes del año, y las preguntas son; ¿Cuáles son los desafíos ambientales de Argentina para este año?, ¿Cumplimos con algunos de ellos?, ¿Con cuáles de esos desafíos todavía estamos en falta?, ¿Cómo impactó la pandemia de COVID-19 en la agenda del medio ambiente?. Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos, algunas ya tendrán respuestas y otras todavía no las podemos responder.

El cambio climático; ¿desafío resuelto?. Aún no, si bien hubo avances todavía falta mucho por resolver. Recordemos por ejemplo que marzo fue el mes más caluroso de los últimos 60 años en nuestro país.

El año pasado existió una reducción en la cantidad de días con heladas y nuestra queridísima Patagonia tuvo nevadas extremas pero también jornadas con altas temperaturas, las cuales fueron inusuales para este región de Argentina. Nuestro país ya ha recorrido un camino muy importante en el desarrollo de las energías renovables pero aún eso no alcanza.

Otro capítulo pendiente en nuestro país, es la ley de humedales. No hay duda que debemos proteger esos maravilloso ecosistemas del avance inmobiliario, de la frontera agropecuaria y de los incendios forestales. Los humedales no solamente son reguladores hídricos, sino también los encargados de purificar el agua del lugar.

Otro de los desafíos pendiente es la necesidad de un cambio radical en el agronegocio. La degradación de nuestros suelos, esa capa fértil que es sustento de vida está en juego. El avance constante de la deforestación con la pérdida de su biodiversidad y servicios ecosistémicos, es lo que pierde la humanidad por cada hectárea arrasada por el cambio de uso en el suelo. En conjunto, son aspectos que están en el ojo de la tormenta.

El último desafío, pero no por ello menos importante, es acabar con la deforestación de una vez por todas. Nuestro país cuenta con una ley de protección y ordenamiento del bosque nativo, pero eso no alcanza. El acotado presupuesto de la misma, y en algunos casos la falta de control y fiscalización, hacen que se siga deforestando cada vez más; ¿Resultados?, pérdida de biodiversidad, aumento de la temperatura, inundaciones, entre otros aspectos.

Queridos lectores debemos empezar a cambiar la historia ambiental de nuestro país, de cada rincón de la República Argentina si queremos seguir viviendo en este hermoso planeta.

Debemos empezar a pensar qué mundo, hablando ambientalmente, le queremos dejar nuestras generaciones futuras y no debemos perder la frase del comienzo de esta columna, que dice: “…La tierra no es un herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos…”

Los espero la próxima semana y también me pueden seguir por la página de Facebook: 100% Vital.

Yamila L. Gerbaudo, Ingeniera en recursos Naturales y medio ambiente.
E-mail: yami-lucre@hotmail.com