Una pareja fue detenida por vandalizar el edificio del viejo Matadero de Epecuén que está declarado «Monumento Histórico Nacional». Los agresores culturales viven en Buenos Aires y viajaron especialmente para perpetrar el ataque. «Que asco la carne» pintaron en lo alto del edificio utilizando pintura negra sintética. «Es un hecho lamentable, da mucha impotencia», fue la frase que el intendente de Adolfo Alsina, Javier Andrés.

El Matadero de Epecuén tiene historia. Fue diseñado por el ingeniero Francisco Salamone en 1937 e inaugurado el 3 de diciembre de 1938. Se trata de un típico edificio siguiendo las líneas Art Decó que caracterizaron la obra del artista, donde se destaca una torre expresionista y una atractiva chimenea ladrillera.

Más allá de la joya arquitectónica que es, el Matadero representa uno de los puntos productivos, con directa conexión con el campo, en que se basó el desarrollo de ésa zona. Allí se logró dejar atrás una actividad rudimentaria para pasar al faenado a gran escala con un sistema mecanizado, de análisis y de control de sanidad. Pero, lamentablemente, desde 1985, quedó en ruinas a causa de una brutal inundación.

El hecho.
La situación, ocurrida el miércoles, fue relatada a La Nueva Provincia por el intendente Andrés. «Lo hicieron de noche y, a la mañana siguiente, personal de Turismo dio aviso a la Secretaría, quienes fueron hasta el lugar. Las dos personas salieron corriendo, quisieron escaparse y fueron detenidos con guardaparques, patrulla rural y Policía. Y luego se abrió una causa que está en manos de un fiscal», dijo.

La directora de Turismo, Vanesa Neubauer, fue protagonista esencial en el desenlace. La funcionaria contó que en la comuna tomaron conocimiento del acto vandálico en la mañana del miércoles cuando operarios municipales acertaron a pasar por el lugar y observaron la «pintada».

Neubauer fue la primera en visualizar a la pareja en la zona del atentado quienes revelaron que habían viajado en tren hasta Pigüé y de ahí habían llegado «a dedo» a Epecuén. «El miércoles a las 8 de la mañana recibí una foto impactante de los trabajadores de Turismo que pasaban por allí temprano, del matadero vandalizado, pintado. Me puse muy mal, agarré el auto y salí para allá. Al llegar al lugar dos personas estaban saliendo del predio. Les pregunté qué estaban haciendo y me dijeron que habían llegado hacía un rato», contó. Pero el hombre y la mujer huyeron campo a traviesa por lo que dio aviso a la Policía.

«Caminaban cada vez más rápido, en una situación de fuga. Traté de seguirlos en el auto para ver a dónde se dirigían, y después hicimos junto a personal de turismo y guardaparques un rastrillaje caminando, hasta llegar al lugar donde estaban escondidos en un maizal», comentó.

Remoción.
«Les pregunté, en una especie de reto, cómo se atrevieron a hacer semejante barbaridad, toda una población movilizada, a generar una situación tan dolorosa de alterar nuestro recurso. El varón me dijo que eran activistas en contra del consumo de carne y defendió su punto de vista diciendo que lo que había hecho era arte y que tenía muchos seguidores», mencionó.

Desde Turismo, se hizo la remoción con geles especiales guiados por especialistas, para que la pintura no siguiera asentándose. La pareja fue liberada pero la causa penal sigue su curso y podría pagar una multa de hasta 100 mil pesos y tener una condena de hasta tres años en prisión, señalaron las fuentes consultadas.
«Pedimos a la justicia que sea rigurosa con este tipo de acciones porque esta gente -por los activistas- no dimensiona el daño que le hicieron al patrimonio interviniéndolo de esa manera», concluyó la funcionaria.