En un mundo que combate codo a codo un enemigo invisible y despiadado, y la muerte está a la orden del día, la clase media vuelve a demostrar que su único interés es ser funcional a los poderosos que la oprimen, y olvida que siempre estuvo cerca de aquellos que siempre crítico. Un tiempo que pone en duda absolutamente todo, y desnuda la ineficiencia de las políticas económicas en todo el planeta, un mundo que muere y otro que nace. Hoy más que nunca, queda a la vista de todo el planeta que la salida siempre fue, es y será colectiva.

Cierto sector del pueblo argentino sufre ceguera a causa del COVID-19 en Argentina; esto lo podemos observar desde todos los puntos del país, donde no se aplaude solamente a aquellas personas que siguen ejerciendo sus trabajos, enmarcados dentro de los que son necesarios e indispensables, sino que también salen a sus balcones a “cacerolear” en contra de un gobierno que desde el primer momento activó una batería de medidas, escalonadas, para atacar al virus y defender a la población.

Es de no creer que, ante las últimas medidas adoptadas por el gobierno nacional, como la suspensión de despidos por 60 días, y los dichos del presidente hacia los poderosos, siendo claro en mencionar que ante la crisis global les toca “GANAR MENOS”, un sector minúsculo de la sociedad aproveche para golpear las cacerolas en sus casas.

Ese mismo sector que aplaudía hace poco tiempo la quita de presupuesto en Salud, convirtiendo al Ministerio en Secretaría, llevado a cabo por el ineficaz y desalmado Mauricio Macri. Ese mismo sector que renegaba de aquellos sectores que cortaban las calles exigiendo políticas de emergencia alimentaria, y denigraba a quienes lo hacían, tachándolos de “negros”, “kukas”, “piqueteros”, y desconociendo que los mismos hoy se encuentran en los barrios mas postergados realizando ollas populares para asegurarle la comida a cientos de miles de personas que no tienen ningún tipo de sustento para desarrollar sus vidas.

¿Hipocresía, demencia, ceguera? Una enfermedad aún peor que el COVID-19 es el odio sectorial para el cual evidentemente no hay cura. Estos sujetos que creen tener la vida comprada para poder actuar, violando las medidas impuestas por el gobierno de Alberto Fernández, creyéndose superiores por el solo hecho de pertenecer a “la clase media”.

Muchos de nosotros hace semanas estamos aludiendo de que aprovechemos este momento para reflexionar, trabajar en nuestros pensamientos, y crecer como seres humanos para ser mejores como sociedad. Mientras millones de argentinos combaten la pandemia desde sus hogares, los poderosos incitan a miles a estar en contra de un gobierno que demuestra con hechos que lo que más importa en el mundo son las vidas humanas ante el poderío económico.

Ahora, si bien no te sentís argentino, mi pregunta es, ¿Querés ser EE. UU? Vale mencionar que dicho país hoy cuenta con alrededor de 190 mil infectados, con un número de muertos que escala por encima de los 4 mil, ¿eso quieres ser? ¿O Europa? Con 25 mil infectados en Reino Unido, 105 mil en Italia y 102 mil en España, con más de 20 mil personas que no han logrado sobrevivir ante esta crisis mundial. ¿En verdad quieres que seamos eso? ¿En verdad estás en desacuerdo con las políticas desarrolladas por el actual gobierno?

Muchos creemos que es indispensable que haya una baja en las dietas de los sectores mas concentrados, como lo es el sector político, judicial y legislativo, pero seamos coherentes en un mismo reclamo, que los poderosos que saquearon nuestro país durante décadas, y lo siguen haciendo, sean dignos ante esta crisis y ganen menos, que las grandes empresas tomen al ser humano como lo que es y no como números.

La hipocresía llega a niveles inimaginables; la clase media siempre queriéndose diferenciar de lo que es, y queriendo aparentar lo que nunca será; la clase media oprimida por un sistema que evidentemente está llegando a su fin, y no porque lo diga yo, cientos de líderes mundiales están planteando la caducidad de un sistema económico global que jamás veló por las vidas humanas, y hoy queda desnuda ante tanta desidia, muerte y destrucción.

Cuando el presidente habló hace unos días y pidió a los poderosos que ganen menos, no les hablaba a los dueños de PYMES o a los trabajadores de sectores medios, salió a hablarle a los poderosos de siempre, a esos que sus arcas no bajan de los miles de millones de dólares, a los vivos de siempre, a los que someten a cientos de miles de personas en el mundo sin importarle si comen, si no comen, si enferman o si mueren. No te sumes a sus intereses, cuidá los intereses de un pueblo que siempre luchó, un pueblo que como el Ave Fénix siempre resurge.

Tenemos la suerte de tener un gobierno que vela por la vida de cada uno de sus habitantes, que mantiene charlas con líderes de todo el mundo, que el mundo mismo felicita y engrandece el accionar argentino ante el declive mundial, un mundo que mira a nuestro país como lo que verdaderamente somos, un país solidario, plural, diverso y grande.

No te permitas jugar a favor de los intereses de aquellos que no les importa tu vida ni la de nadie, permítete sentir como lo que verdaderamente sos; parte de un pueblo que tiene un gobierno que cuida a aquellos que lo votaron y a quienes no. Un gobierno con los cojones suficientes como para plantear, en un mundo material, que las economías pueden recuperarse, pero las vidas humanas no.

El COVID-19 es un virus que no diferencia casta, etnia o religión, es un bicho que llegó al mundo no solo para traer muerte, también impulsa movimientos en todo el mundo que nos llevan a pensar, y nos da la oportunidad de plantearnos, nuevas reglas en la vida que llevamos.

Las sociedades del mundo están adoptando nuevos modos de ver y plantearse la vida, donde la especulación queda atrás y donde el humano, como valor central, entra en primera instancia, donde existe la posibilidad que de una buena vez y para siempre entendamos que ya no importa cuánto hay en tu cartera, en tu cuenta bancaria, lo que importa hoy mas que nunca es salvarse, y para poder hacernos entender que solos no podemos; nadie se salva solo.

Debemos realizar una profunda introspección y ser coherentes con lo que pensamos; debemos actuar con solidaridad, con amor. Una palabra tan linda y tan olvidada durante tanto tiempo que vuelve a surgir como respuesta a aquellas políticas que durante décadas separaron a los seres humanos de la importancia de saber y entender que cada vida en el planeta es única, necesaria e indispensable.

¿Por qué oponerse a un cambio trascendental, si hoy existe la posibilidad de acompañar un movimiento que surge desde la oscuridad de un mundo enfermo? Un verdadero cambio único y profundo que llevará a la humanidad a imponer los valores centrales que durante mucho tiempo han quedado opacados por las falsas necesidades.

Te propongo que este domingo 5 de abril no caceroleés, este domingo tenés la oportunidad de demostrar cuánto hemos crecido, tal vez sería mejor usar la olla o cacerola para hacer viandas, entregársela a aquellos que mas necesitan, todos tenemos a alguien cercano que no la está pasando bien, que no le alcanza para comer, todos tenemos a alguien cerca que es jubilado, que está enfermo, este domingo sería genial poder poner por encima de todo sentimiento de odio al AMOR, es la oportunidad para demostrar la solidaridad del pueblo, de demostrar que solo el pueblo salva al pueblo.

No seas funcional a los poderosos que no velan por tu vida, ante la muerte contrapongamos vida; ante el caos, organización; ante la guerra, paz.