Robo_cuchillo

El juez de control Néstor Daniel Ralli condenó a Matías Ezequiel Meringer a un año y seis meses de prisión en suspenso, y a Ezequiel Marcos Fernando Ramos a tres meses, por una serie de robos y hurtos en Macachín. Además a éste último le unificó la sanción con otra pena anterior a una única de seis meses de prisión de cumplimiento efectivo.

Meringer, de 21 años, fue condenado por dos robos simples y un robo simple en grado de tentativa, en concurso real entre sí, y se le impusieron como reglas de conducta fijar domicilio –del que no deberá ausentarse sin conocimiento y autorización judicial–, debiendo presentarse mensualmente ante la Oficina de Salidas Tempranas del Ministerio Público Fiscal, y abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas.

Ramos, de 26, fue hallado culpable de un robo simple, un robo simple en grado de tentativa y un hurto simple en grado de tentativa, en concurso real entre sí. Pero, como el 11 de febrero del año pasado, había sido condenado por la justicia de General Acha a seis meses de prisión en suspenso, Ralli le revocó la condicionalidad de esa pena y le impuso la pena única, que deberá cumplir bajo la modalidad de semidetención con prisión nocturna.

Por eso deberá permanecer diariamente en la alcaidía local de 21 a 6, respetando las normas disciplinarias del lugar; continuar, “en la medida de lo posible”, con su actividad laboral durante el día y abstenerse absolutamente de ingerir bebidas alcohólicas.

La resolución de Ralli fue consecuencia de un pedido de juicio abreviado –que él admitió– acordado por el fiscal Gastón Boulenaz, la defensora oficial Cristina Albornoz y los imputados.

El primer hecho ocurrió el 4 de enero de 2013 a las cinco de la madrugada en la Escuela 82. En el patio estaba un joven con su novia, cuando llegó Meringer y le pidió que le entregara el celular. Ante la respuesta negativa, el imputado comenzó a darle golpes de puños y patadas, le sustrajo el teléfono y huyó. A raíz de esa golpiza, el joven sufrió “una lesión en el hombro izquierdo, abrasiones múltiples en el pómulo izquierdo y en la región central de la columna, un hematoma en cuello y una herida en la boca”.

El segundo sucedió el 3 de enero del año pasado a las cuatro de la mañana, y se trató de un episodio similar, Meringer se acercó a un joven, que estaba acompañado por dos amigos en las inmediaciones de un pub, y le requirió el celular. Como no se lo dio, le propinó una trompada y una patada y se fue.

El tercer se produjo el 8 de febrero del año pasado, a media tarde. Ramos ingresó a un domicilio, sin ejercer fuerza, y de allí sustrajo un buzo y huyó. A las pocas cuadras fue interceptado por el dueño de la prenda y yerno de la propietaria de la vivienda. El imputado, además, había sacado de su posición original un DVD y una Play Station, para dejarlos sobre el piso.

Cinco días después, el 13 de febrero de 2014, Ramos entró al patio trasero de una casa y rompió el tejido mosquitero de la ventana de una habitación. Cuando desde adentro encendieron una luz, escapó y el dueño lo persiguió, observando que se escondía en una obra en construcción ubicada en la otra cuadra. Allí fue aprehendido por la policía.

Por último, el 18 de octubre del año pasado, Meringer y Ramos sustrajeron de una quinta situada en la calle Belgrano tres corderos y dieron muerte a otro, dejándolo en el lugar y fugándose.

Con relación a la pena para Ramos de tres meses de efectivo cumplimiento, el juez Ralli la consideró “escasa, en atención a la cantidad de hechos que integran el concurso”; no obstante la concedió porque recordó que el artículo 382 del Código Procesal Pena le prohíbe fijar una sanción superior o más grave a la requerida por el Ministerio Público Fiscal.