Por Norberto G. Asquini

Dos de los principales poetas pampeanos, Edgar Morisoli y Juan Carlos Bustriazo Ortiz, realizaron un camino paralelo y cercano en las letras. Desde 1957 en la Joven Poesía Pampeana y después en distintos grupos culturales. También tuvieron relación profesional en la que cimentaron su amistad, cuando en las campañas que emprendía como agrimensor Morisoli convocaba a Bustriazo Ortiz como contratado para que los acompañara en la década de 1960.

Hay un detalle en sus biografías que lejos estuvo de las cuestiones literarias y que tuvo más que ver con sus convicciones sociales. Fue el día en que ambos terminaron en la cárcel durante la implementación del Plan Conintes, por medio del cual fueron perseguidos políticos peronistas y de izquierda durante el gobierno de Arturo Frondizi.

A días de las fiestas

En diciembre de 1960 hubo distintos procedimientos en localidades de La Pampa, como en otros puntos del país, en los que se detuvo a unos sesenta dirigentes y militantes del peronismo, entre ellos el ex gobernador Salvador Ananía. En una segunda razia, se apuntó a personas “presumiblemente comunistas”, al decir de la época.

El jueves 22 de diciembre las comisiones policiales fueron durante la madrugada a distintos domicilios. Allí fue detenido Morisoli, integrante de la Comisión Técnica del Río Colorado, y posteriormente sería acompañado por Bustriazo Ortiz.

En Santa Rosa, fueron también detenidos los escritores Abel Osvaldo Lema (de la Joven Poesía Pampeana) y Norberto Righi (ambos además trabajadores estatales de la Provincia), los periodistas León Nicanoff (dirigente comunista) y Saúl Santesteban; la escribana de Pico, Lía Bravo de Morán; y afiliados comunistas como Daniel Kiriachek, Basilio Polisuk, Angel Ferrato, Sergio Lino y Roque Cherascot; entre otros. Además fueron capturados en Pico Armando Rodríguez, Franco Fons, Aníbal Tellechea, Aníbal Huerga, José Oscar Isasti, Tomás Zucconi, Victoriano García y Bismark Ruiz, entre otros. En Pico fueron allanados además los domicilios de Mauricio Knobel, Tomás De León y Levin Weckesser, pero al no ser hallados quedaron en calidad de prófugos.

En la lista de la SIDE

Todos fueron llevados a la Colonia Penal en Santa Rosa. Edgar Morisoli contaría en una charla que mantuvo con el autor en 2003 que “Juan Carlos no fue detenido esa noche, se entregó horas después conmovido por la detención de sus compañeros de letras. No podía dejar de pasar lo mismo que nos estaba pasando a nosotros”.

Esos días fueron un total de 19 personas las detenidas. Morisoli saldría libre el viernes 23 de diciembre, a pocas horas de las fiestas navideñas. Otros quedarían varios días más.

Hace algunos años, en 2014, el periodista Luis Talone entrevistó a Morisoli. Fue una charla extensa y profunda. En eso, en sentarse a hablar, en brindar su conocer, Edgar nunca le escatimó ganas.

Morisoli recordaría: “Me tuve que venir tres veces de 25 de Mayo, nunca por mi voluntad. A fines de los 50 yo vivía en Toay y nos detuvo el Conintes. Estuvimos en la Unidad Penal 4. No estuve solo, conmigo estuvieron otros escritores, dirigentes gremiales y periodistas. Fueron unos pocos días pero sirvió para que nos confeccionaran la ficha de la SIDE”.

¿Cómo supo lo de la ficha? Recordaría que recuperada la democracia en los años 80, el ex gobernador Néstor Ahuad consiguió el legajo y se lo llevó. Allí figuraba además otro nombre: el de Julio Ricardo Nervi.

Morisoli explicó: “A partir de ahí, con cada golpe de Estado, uno queda afuera (de la actividad pública que hacía como agrimensor para la Provincia). La primera cuando cayó Frondizi, fue por dos años. En el 64 me volvieron a llamar por dos años hasta el 66 con el golpe del general Onganía. Volví en el 73 y estuve apenas tres años. Cada cesantía implicaba para mí lo más doloroso que era la separación de la familia”.