Por Norberto G. Asquini

Pasó una semana de las elecciones del domingo 14 de mayo en La Pampa y todavía la espuma no bajó. Pocas veces se vieron tantas repercusiones y discusiones en torno a los resultados de una votación como la del 14 de mayo. Como se sabe, la política está hecha de interpretaciones y hubo varias sobre los resultados, porque tienen lecturas hacia adentro de cada fuerza política y pensando en 2027. ¿Cuáles son esos debates abiertos? Repacemos.

¿Cuánta renovación hubo? Los cambios de signo político en muchas localidades abrieron el debate sobre si 2023 se convirtió en una elección donde se impuso la renovación. Algo hubo, pero no tanto. El índice de reelección se mantuvo alto y como siempre casi dos de cada tres intendentes fueron reelectos. Sumaron 47 sobre 32 de los jefes comunales “nuevos”, aunque en tres de esos cambios se trató de ex intendentes que volvieron a ponerse al frente de un municipio (Toay, Realicó e Intendente Alvear). El índice de reelección fue del 59,5%. Sigue siendo alto, aunque no tanto como otras oportunidades: en 2019 fue del 64,5% (51 casos), en 2015 del 67% (53) y en 2011 del 72,1% (57). El índice viene bajando, y por lo tanto hay más renovación, pero en 2007 por ejemplo fue del 45,5% (36). Igualmente la renovación es relativa: Berhongaray que desde hace 16 años es legislador fue el candidato a gobernador y quiere volver a presentarse para diputado nacional en agosto.

Elecciones del PJ, ¿buenas o malas? En el peronismo hubo un domingo con interpretaciones cruzadas: muy buena elección en lo provincial de la mano del gobernador Sergio Ziliotto, mala en el interior con municipalidades perdidas. Descontado de antemano el triunfo de Ziliotto, se puso el ojo en los pueblos que se perdieron. Y el festejo de la oposición acrecentó esta lectura. Lo cierto es que más allá de los buenos números opositores, el gobernador Sergio Zilioto revalidó su gestión y su buena imagen con un 47% de los votos, que avalaron su continuidad en un país prendido fuego.

¿Qué pesa más, política o gestión? La mirada pesimista de algunos en el PJ sobre el resultado global llevó a poner el acento en quien fue el responsable de la mala elección en el interior. No se puede apuntar al gobernador por esto: ganó en el 65% de los pueblos y levantó con su boleta la elección local en Santa Rosa. Varios intendentes y legisladores se cruzaron por esta cuestión. ¿Qué faltó para que se ganara en el interior? Para algunos, que apuntaron a Casa de Gobierno, sobre todo a funcionarios, faltó política, que era más importante que la gestión. Pero este análisis es totalmente ambiguo, porque es difícil diferenciar uno de otro. ¿No fue política la estrategia de fortalecer localidades como Toay y Realicó con buenos candidatos? Del otro lado se puede objetar que faltó política porque no se cerró bien algunos pueblos y se dejó internas abiertas que jugaron en contra. Es todo cuestión de interpretación.

¿Arrastró votos el gobernador o arrastraron los intendentes? Las lecturas posteriores trataron de capitalizar el resultado para un lado y para el otro. Ziliotto demostró que a pesar de que se perdieron muchos pueblos, la gente lo apoyó y que su presencia tiró para arriba. Sobre todo en Santa Rosa, donde la boleta a intendente sola no hubiera alcanzado para la reelección del intendente Di Nápoli y en General Pico sacó más votos también que la municipal. En Juntos por el Cambio fue diferente. Berhongaray intentó capitalizar el 42% de una elección histórica para la oposición para posicionarse, porque quiere ser otra vez candidato a diputado nacional. Así lo vendió a nivel nacional. Pero, ¿fueron votos propios? Aquí la visión es diferente al peronismo, donde la tracción fue de abajo hacia arriba. En Juntos por el Cambio, los intendentes sumaron más votos que el candidato a gobernador. Entre las primeras 15 localidades, los intendentes sumaron 72 mil votos y Berhongaray 65 mil. Tuvo un 10% más de apoyos la boleta local. Cabe preguntarse qué hubiera pasado si Berhongaray no hubiera estado acompañado por intendentes competitivos como Torroba en Santa Rosa o que buscaban la reeleción en Acha y Castex.

¿Qué sector se posicionó del peronismo? Toda elección es también una reconfiguración al interior de cada coalición y cada fuerza. Se cuentan los puntos de cada sector, pensando también en escenarios futuros. Y por supuesto que son interpretables. Una lectura en el PJ, ante la pérdida de pueblos, fue que el más beneficiado es lo que se denomina “jorgismo” porque sus referentes se quedaron con varias localidades, si bien no actúan como bloque. Otros resaltaron la fortaleza del vernismo en General Pico, apuntalando nuevamente el bastión peronista en la provincia, mientras otros contabilizan que la Plural ha perdido intendentes y referencias en distintas localidades. Hay quienes analizaron que La Cámpora perdió terreno, en una elección donde kirchnerismo fue palabra prohibida y en Santa Rosa la victoria fue compartida con otros sectores y hasta la diferencia se le atribuye al gobernador Ziliotto. Todo es debatible, y hasta puede haber argumentos para pensar lo contrario.

Oposición: la novela de Comunidad Organizada Nuevamente volvió el debate a la oposición si sumar o no a Comunidad Organizada, casi convertida en una Pyme política para que Juan Carlos Tierno pueda ingresar una diputada a la Legislatura y él mantenerse como asesor. Desde los radicales celestes, siempre reactivos a cualquier alianza, ahora están proclives a que sea parte de la alianza. Otros sectores afirman que en política no vale todo, y más incorporar a un dirigente condenado por la justicia por abuso de poder.

Largada para el 2027 Y por supuesto los resultados disparan los pronósticos para lo que ocurrirá dentro de cuatro años. El resultado de Juntos por el Cambio los entusiasma a que en 2027 pelearán la gobernación. Habrá que ver de qué signo será el próximo gobierno nacional para tener esa ayuda. Que Ziliotto no tenga una nueva reelección también puso a pensar al peronismo. En un medio se publicó la pretensión de Fernanda Alonso para posible próxima gobernadora como referencia del vernismo, tratando de dejar una marca frente a otros dirigentes. Habrá tiempistas y apurados de acá en más, pero todos hacen cuentas a quién le dejará dentro de cuatro años la posta Ziliotto, si será un funcionario propio o un intendente.