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Por Norberto G. Asquini

En el peronismo La Pampa se está comenzando a dar el debate por el armado electoral que se viene. Aunque todavía falte y no haya definiciones del cronograma provincial que seguramente se desdoblará del nacional. Habíamos dicho en esta columna que julio iba a ser el momento de algunos sectores por posicionarse pensando en 2023. Y no exagerábamos.

En los últimos días esta tendencia se acrecentó. No por el lado de la mayoritaria Línea Plural, que estira los tiempos y aguarda que sobrevenga el momento de las definiciones sin mayores movimientos. Tanto el gobernador Sergio Ziliotto como el conductor de la línea, Carlos Verna, se resguardan en el silencio. Son los tiempistas. Tienen el poder de tomar las decisiones centrales en todo el armado y las dilatarán lo más que puedan. Por parte de Ziliotto, la mira está puesta en la gestión. ¿Para qué apresurarse? Hay una crisis económica y social, el humor social está por el piso y el gobierno nacional cae en las encuestas. Además, la falta de definición hace de contención a las pretensiones de los demás y a evitar conflictos prematuros.

Esta situación exaspera a quienes están lejos de las definiciones y quieren apurar los tiempos. La intendenta de Winifreda, Adriana García, está en este pelotón y busca a través de los medios hacer conocer su opinión. Hay algunos intendentes plurales que también esperan ansiosos una señal. O ser tenidos en cuenta en las decisiones. Otros en la plural tratan de colar información en los medios buscando profundizar las diferencias internas, un acuerdo podría dejarlos sin lugares.

También esa situación se hace notar en otras líneas del peronismo pampeano que quieren generar el debate en los medios. El marinismo está presionando para no perder terreno y trata de demostrar que lo mantiene. Hubo una incursión en Pico, territorio vernista, donde fueron a hacer pie con la presencia del ex gobernador Rubén Marín; y fotos con actividades en barrios de Santa Rosa, territorio de la gestión camporista.

La Cámpora tampoco quiere quedar afuera. María Luz Alonso hizo su excursión de relaciones públicas visitando intendentes; y luego el intendente santarroseño Luciano Di Nápoli lanzó que su sector debería tener la vicegobernación. El mismo lugar que pelea el marinismo.

Frente a estas posiciones públicas de dirigentes que pretenden disputar lugares de cara a 2023, hay otros que ven estas expresiones como extemporáneas. Peleas que son ajenas a la gestión de gobierno provincial. Y sobre todo que no tienen en cuenta el “garrote” de la opinión pública y el malestar general de la gente que tiene que afrontar días de zozobra económica. Reclamos legítimos, seguro; que pueden ser mal vistos en estos momentos por la ciudadanía, también.

En los últimos días fue otra línea, Identidad Peronista, la que frente a este escenario que plantean esos sectores que apuran los tiempos lanzó la críptica frase “sanar al peronismo desde la madurez dirigencial”. Fue un tiro por elevación a las discusiones de cargos y un reclamo de responsabilidad en tiempos de crisis. El eje de esta postura es que es son momentos de acompañar al gobierno provincial y tener la mirada puesta en la calle para escuchar sus reclamos. Y la coyuntura electoral ya llegará.

Mientras tanto, los tiempistas esperan tranquilos y los demás quieren apurar los tiempos para no quedar con las manos vacías. Se vienen meses de debate en el peronismo pampeano.