Los jinetes pampeanos que participan de la 56º Edición del Festival de Doma y Folclore de Jesús María, que arrancó el pasado 6 de enero, mantienen una buena actuación.

El santarroseño Lucas Bustamante se mantiene en la quinta lugar en la categoría “Bastos” en el Festival de Doma y Folclore de Jesús María. Además, Alfredo Ramos pasó a liderar la categoría “Gurupa” aunque en su caso, como vigente campeón, representa a Jesús María.

También tienen una buena performance Ángel Pereyra y Cruz Ramos, que en sus respectivas categorías se mantienen en posiciones espectables.

Bustamante llegó a una nueva ronda del campeonato en el octavo lugar, pero en la jornada del martes quedó primero, con 11,99 puntos, por delante del santacruceño Pablo Sifuentes (10 puntos) y el neuquino Roberto Castillo (9). Con esa actuación, el pampeano pasó del octavo al quinto lugar en la tabla general de la categoría Basto con Encimera.

En “Crina Limpia” también se destacó otro santarroseño: Angel Pereyra. El joven jinete fue cuarto en la jornada del martes y así pasó del puesto 15 al noveno en la general de la compentencia.

Los hermanos Alfredo y Cruz Ramos están entre las mayores atracciones del tradicional festival. Ambos están la categoría “Gurupa Sureña”.

En el caso de Alfredo, conocido como “Tato”, en la noche del martes finalizó tercero y escaló al primer lugar. En su caso aparece como representante de Jesús María porque el año pasado se consagró campeón. Su hermano, Cruz Alejandro, se mantiene quinto luego de su cuarto puesto del martes.

Con protocolos

La primera noche del festival concentró más atención que la habitual por ser el primer evento multitudinario en medio de la tercera ola de coronavirus.

El arranque coincidió con la jornada en la que la Argentina superó los 100.000 contagios. El anfiteatro presentó una ocupación de alrededor del 40%.

Más allá del espectáculo musical en el escenario y de los jinetes en el campo, hubo un amplio despliegue para controlar el pasaporte sanitario en el ingreso o el carnet de vacunación con dos dosis colocadas al menos 14 días antes del evento (para los mayores de 13).

Además, se dispusieron puestos de testeos fuera y dentro del Anfiteatro José Hernández y personal destinado a hacer cumplir el uso del barbijo (se entregan tri capas a todos los que entran) y asegurar que el público mantenga la distancia social (lo cual es bastante más difícil). En total, serán 1500 personas las que trabajarán durante cada jornada del festival para que se respete el protocolo.

Con un show de luces y de imágenes en pantallas gigantes, el sonido del tradicional clarín dio comienzo a la noche. Los conductores, durante la apertura, insistieron en pedir al público que se “cuidara” y respetara las medidas dispuestas. Los gauchos y bailarines de las diferentes delegaciones que desfilaron lo hicieron, en su mayoría, con barbijos.