Por Evelin Dietrich

Lento y firme, como la marcha de los caminantes,  el retorno a una normalidad anhelada por muchos, y exigidas por otros, empieza a florecer abriendo puertas y dejando a cuenta gotas oportunidades de poder volver a disfrutar momentos, que vistos desde la memoria parecen lejanos.

La cultura, la música y el arte fueron golpeadas por disposiciones y protocolos que casi inevitablemente las perjudicaron, ya que la lejanía de un público impide la liberación de sus esencias.

En los primeros eventos permitidos era obvio que la organización de los mismos iba a estar signada por la ley del más fuerte, en este caso, el que tiene más dinero, quien sin mucho esfuerzo podía cumplir con todas las exigencias establecidas para ser realizados.

¿Pero qué sucede con los de abajo, con los artistas independientes, con los músicos y las bandas unders? ¿Cómo afrontar desde un escenario, ya de por sí difícil, y sumarle a éste la dificultad de la compleja situación social que estamos viviendo?

En este marco de incertidumbre y contra toda predicción se llevó a cabo el sábado 6 de noviembre en la capital pampeana la segunda edición del “OliverRock” un evento completamente autogestionado y organizado sin el apoyo de ninguna bandera política, creando una nueva herramienta y un faro de difusión para las bandas unders que no vemos, pero existen en nuestra tierra.

Tuvimos la posibilidad de dialogar con Fernando Domínguez, integrante de la banda Jardín de Hilacha y organizador de este show realizado al aire libre en la plaza Oliver de la ciudad de  Santa Rosa.

Eva: Fernando, contanos ¿qué es el OliverRock?

Fernando: El show fue una movida de bandas de rock locales, esta es la segunda edición que hacemos, le agregamos también trap y rap. La finalidad es mezclar géneros para que el público también se mezcle, apoyar el rock under por sobre todo y generar movimiento cultural gratuito y de cierta calidad. Esta vez incorporamos un sonido mucho más grande, con su sonidista y demás, para ofrecer a las bandas algo mejor también y que se interesen en el evento, lo cual ya dio resultado porque nos han contactado un montón de músicos que quieren participar.

E: ¿Disfrutaron de realizarlo?

F: Sí, más allá de algún desperfecto técnico la pasamos genial, muy contentos todos los grupos y nosotros mismos a pesar del cansancio de mover y organizar todo.

E: ¿Fue difícil cumplir  y hacer que la gente cumpla con el protocolo?

F: Respecto a los protocolos, nosotros tomamos los recaudos que están a nuestro alcance como ser barbijos, alcohol, desinfección de los micrófonos, distanciamiento entre músicos y demás. En relación al público, cada uno se responsabiliza de sus cuidados, nosotros lo sugerimos nada más porque no creo que sea algo que nos corresponda hacer cumplir en este tipo de evento.

E: ¿Cómo se sintió volver a tocar en el aire libre? ¿Cómo respondió el público?

F: Volver a tocar con público fue algo muy gratificante ya que la gente estaba con esa necesidad de asistir a eventos, lo cual visto desde el lado de los artistas se notó una atención mucho mayor, a pesar de estar viendo quizás un grupo que no conocían. La gente respondió de la mejor manera con el primer evento, a pesar de la precariedad que teníamos en cuanto a sonido y demás, se fueron todos contentos, tanto músicos como público.

E: ¿Cómo afectó la pandemia el ambiente cultural?

F: Respecto al ambiente cultural fue muy duro el efecto que tuvo, una merma total de las actividades nunca es positivo, más allá de la capacidad de mutar hacia otros formatos como el streaming y demás como sucedió.

E: ¿Cómo les afectó como banda?

F: A la banda de alguna manera le favoreció ya que justo estábamos en un proceso de renovación de músicos y encarando la grabación del primer EP, y más allá de no poder ensayar con frecuencia nos concentramos en eso, en consecuencia sirvió para un relanzamiento del grupo.

E: ¿Cómo afectó en lo personal?

F: En lo personal creo que nadie salió librado de la consecuencias del encierro y la paranoia que rondaba y persiste aún, quizás las generaciones más jóvenes acostumbrados al estrés de estos días lo supimos sobrellevar mejor.

E: ¿Cómo es ser una banda under en estos tiempos, hay lugares para tocar y poder expresar tu arte?

F: La movida en Santa Rosa siempre sigue igual, hay muchas bandas y pocos lugares para el rock, por eso decidimos aportar este nuevo movimiento. “Pateando el Tablero” actualmente creo que es el bar que está tomando las riendas de una parte de la movida. Luego lo de siempre, de parte de cultura municipal o provincial los espacios que hay son para unos pocos y los mismos de siempre, no porque no vayamos a ofrecer nuestras bandas, al contrario, no solo le acercamos nuestra música sino que también le llevamos propuestas como el Oliver Rock para la cual no presentan ningún tipo de interés, solo por el hecho que no tenemos bandera política y hacemos música por la música misma sin ninguna otra intención. Esa es la conclusión a la que hemos llegado desandando el camino de lo que fue organizar estos eventos, ojalá en un futuro esto cambie, de nuestra parte estamos totalmente abiertos.

E: ¿Tienen pensado volver a realizar una próxima fecha?

F: Seguramente antes de fin de año habrá otra fecha más si todo sigue como hasta ahora y no aparece alguna negativa de parte de las autoridades.

Fernando Domínguez junto a Facundo Sánchez, Germán Silvestre, y Marcelo Quevedo integran “Jardín de Hilacha”, banda que encabezó el festival OliverRock. Allí también estuvieron “Matadonna”, “Dualm”, “Sabotage”, “Gragster” (Nerik prod), “Larva MPC”, “Canuto Clicka”, y “Combativos”.

Todos ellos le devolvieron la alegría a un público deseoso de escuchar buena música local desde el anfiteatro del parque Oliver, ubicado entre las calles Rivadavia y Mansilla, de la ciudad de Santa Rosa.