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– Por Norberto G. Asquini –

En La Pampa los tiempos electorales siguen sin muchas novedades, a la espera de que se defina el calendario para 2023. Esto no significa que cada sector vaya marcando terreno pensando en lo que viene. Y eso es lo que ocurre en Santa Rosa, territorio central para la política provincial.

En el PJ santarroseño hay tres sectores que muestran sus intenciones y disputan espacios. Son los de más peso, lo más visibles, no los únicos.

Uno es el de la gestión municipal de La Cámpora, otro el de la estructura provincial de la Plural y el tercero el de los sectores que no están en gestión (al menos no al frente) pero que presionan para tener mayor participación.

La gestión municipal

La Cámpora parece haberse consolidado como gobierno en Santa Rosa, una ciudad esquiva para hacer política en las dos últimas décadas. Gestiones que se desplomaban y no lograban a la reelección, un electorado que cambia sus apoyos de una elección a la otra y que expulsa intendentes y un peronismo disperso y heterogéneo era la norma.

Ahora hubo una innovación: el intendente Luciano Di Nápoli se encamina a buscar su reelección, y con chances de mantenerla. La apuesta de la gestión fue política: proyectos como el Mercado Concentrador Mayorista y la empresa Alimentar Santa Rosa y la estrecha relación con el gobernador Sergio Ziliotto, para bajar obras en la ciudad. En la calle, una mayor dinámica en las unidades básicas o llevar a los barrios programas como el “Quiero a mi barrio”.

Por supuesto, esto no implica algunas deficiencias: más cotidianas como las calles destrozadas o más políticas, como las demandas de las y los empleados del área de Género o de los ex planes. Conflictos que escalaron y que no se pudieron o no se supieron manejar, y que la oposición supo aprovechar.

El frente disidente

Otro sector es el frente interno dentro del peronismo que se empezó a gestar pensando en la discusión de cara a 2023 y que fue madurando este año. Allí se suman Convergencia, la agrupación local de Compromiso Peronista, el NEP, el Movimiento Evita y representantes sindicales. Una de las últimas incorporaciones fue la de un referente del vernismo, luego de la charla que mantuvo el secretario general del CEC con Carlos Verna.

Este frente disidente se muestra como una visión alternativa a la gestión camporista, mantiene reuniones con sectores y referentes sociales y realiza algunas actividades en los barrios. La visión crítica que comparten sobre el gobierno municipal apunta a la falta de apertura (y de que es cada vez más cerrada) y que solo incluye a algunas fuerzas que no son peronistas, por lo que se debería peronizar más la gestión. Señalan que hubo aciertos en el gobierno municipal, pero tienen diferencias políticas en posturas sobre temas nacionales o más puntuales sobre determinadas áreas municipales.

Los voceros consultados afirman que “no están en contra” de la gestión municipal, y si bien por ahora no hay diálogo, no está descartado que se pueden lograr consensos. Lo que no significa que se descarte la posibilidad de una interna.

Por su parte, desde la gestión de Di Nápoli agitan a través de los medios afines que este sector juega al internismo, afirman que no hay preocupación por lo que pueda generar y de que cada una de esas líneas está contenida en algún espacio dentro de la gestión, aunque sea mínimo.

Ambas miradas del peronismo santarroseño tienen como telón de fondo la pulseada provincial por ver quien se podría quedar con la vicegobernación.

Haciendo equilibrio interno

El tercer espacio es el de la Plural. A diferencia de los otros, su mirada es provincial, por lo que intenta sobrevolar las diferencias locales. Son parte de la estructura provincial de la gestión del gobernador Sergio Ziliotto, de buena relación con el intendente Di Nápoli. Ambas administraciones se apoyan, porque sus continuidades están atadas. Por supuesto, también necesitan de los otros sectores.

La Plural de Santa Rosa realizó un encuentro público hace algunas semanas, sin mayores definiciones, pero mostró que está activa. Por ahora, como ha ordenado Ziliotto, están concentrados en la gestión como estrategia política hacia 2023. No hay apuro por arrancar, que están condicionadas a lo que definan Ziliotto y el conductor de la línea, Carlos Verna. Hasta que no haya una señal de largada, no habrá demostraciones políticas.

Podría pensarse que, como ocurría en otras épocas, la interna es la norma en el peronismo de Santa Rosa. Las diferencias existen, pero hay dos cuestiones que llevan a pensar que los acuerdos serán más importantes que los conflictos: por un lado la posibilidad después de mucho tiempo de lograr la reelección de un intendente del PJ, y por el otro la necesidad de la unidad para afrontar la dura parada de 2023.