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(Eduardo Castex) – El supermercadista castense Walter Scheffer reconoció que actualmente las marcas líderes de productos alimenticios están retaceando la entrega de mercadería porque apuestan a una devaluación. «No es generalizado, pero algunas marcas cuesta conseguirlas y no es por falta de mercadería, sino porque no quieren entregar los productos por la incertidumbre con los precios y no quieren vender a los precios establecidos», reconoció.

El entrevistado planteó que hoy «los productos que están dentro de los programas (nacionales, como Precios Máximos o Precios Cuidados) son los que más cuesta conseguir».

Los oligopolios que manejan el mercado de los productos alimenticios están apostando fuertemente a una devaluación de la moneda nacional, y provocar fuertes consecuencias en los bolsillos de los asalariados y el trabajo informal. «Hay algunos problemas con proveedores de algunas marcas. Por ahora estamos abastecidos, pero es cierto que se producen quiebres de stock que cubrimos con stock propio. Esto es parte de la especulación», señaló Scheffer.

El entrevistado indicó que actualmente hay algunos movimientos de precios, que no son muy significativos porque «quizás rondan un 3 o un 4 por ciento cada 40 días». Esas variaciones en los productos «se aplican en la mercadería que no están dentro de los acuerdos de precios», explicó.

Admitió que «la venta está resentida porque están muy golpeados los ingresos de las familias, y con el mismo sueldo cada vez se puede comprar menos». Las marcas líderes «son las que generan más problemas de abastecimiento porque manejan precios y muchas condiciones, y en realidad hacen lo que quieren», expresó -con resignación- Scheffer.

-¿Están llegando los productores incluidos en los programas Precios Máximos y Precios Cuidados?
-Sí, los productos que están en esos programas están llegando, pero en cuentagotas. A veces se reemplazan con otras marcas para cubrir esos baches. Los productos que están dentro de los programas (nacionales) son los que más cuesta conseguir.

-Qué repercute más en los precios de los productos. ¿El movimiento del dólar blue o la suba de los combustibles?

-Creo que el dólar blue en nuestro rubro no influye. Los fletes en los precios para el interior influyen en un 10 por ciento, o sea que pagamos un 10 por ciento más que en Buenos Aires. En nuestro rubro influye el dólar oficial, pero el dólar oficial tiene movimientos semanales, pero como las materias primas se exportan les aplican aumentos. Y además, que el producto no solamente se compone de la materia prima, sino que todo lo que son envases son importados, y eso también influye, aunque en menor porcentaje. Lo que está sucediendo en las últimas semanas no es tanto el aumento del dólar oficial, sino las expectativas de devaluación que hay. Eso está afectando porque mucha gente está especulando y no quiere entregar la mercadería.

-¿Los proveedores les confiesan esas expectativas para que el Gobierno nacional ceda a una devaluación de la moneda nacional?

-Sí, es así. Te diría que en nuestro rubro debe ser donde menos se siente, porque por experiencia propia te puedo decir que en el rubro construcción se siente muchísimo y no se consiguen muchos materiales, y no porque no haya, sino porque nadie quiere vender; en el rubro de los repuestos de vehículos, un neumático. Ahí está más complicado.

-En el rubro supermercadista quizás se siente menos el movimiento de los precios, pero impacta más fuerte porque son productos de primera necesidad.

-Sí, obviamente. Y en el gasto de la familia es lo que más influye, por eso el gobierno (nacional) todos los programas los dirige hacia los productos de la canasta básica, porque es lo que más influye en el gasto de las familias. Hoy las presiones son muy grandes, pero una devaluación es muy perjudicial para la gente que menos tiene y para quienes tienen un sueldo fijo. Se debe tratar de evitar a toda costa para no perjudicar más los ingresos de toda esa gente.