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Por Norberto G. Asquini

La grieta inunda todo debate y la agenda sigue siendo solo pandemia y crisis económica. En una sociedad cansada de 2020, se vienen un año electoral, pero nadie quiere mover para evitar disgustos y malestares en la gente. Provincializar o nacionalizar las legislativas es la cuestión a pensar para la campaña en La Pampa.

Todo es grieta

La política nacional sigue inmersa en la lógica de la polarización política entre el peronismo y el no peronismo, y esa misma visión se termina trasladando a la provincia. No es un tema nuevo para nada, es una persistencia de la sociedad actual. Cualquier tema se polariza de inmediato, impulsado por la televisión nacional y las redes sociales. No hay términos medios: si el gobierno quiere vacunar, la oposición no; si se vacuna con la Sputnik V, la oposición prefiere otra marca; si se pide a las y los jóvenes acatar las medidas preventivas, es un ataque generacional; la oposición pide “abran las escuelas”, se anuncia del gobierno que habrá clases, pero de la oposición reclaman que no sea tanto; si se toca la comercialización de maíz, resurge la antinomia con el campo. Y solo por mencionar las cuestiones del último mes.

A la grieta se suma el malestar de la población por una larga pandemia que se acompañó y soportó durante 2020 y para este año todavía no hay solución a corto plazo. El desgaste suma al enojo. Si bien hay alguna esperanza con la vacuna.

La pandemia no terminó, las economías crujen y la situación social continúa siendo crítica. El gobierno nacional ahora espera que el aumento de los precios de las commodities genere las divisas que se están necesitando y la recuperación de la economía mundial. La inflación es un tema a dominar. En tanto, la oposición fogonea la situación política. Apuesta al desgaste entre “quien tiene la lapicera y quien tiene el poder” en el gobierno, mientras resuelve la interna propia entre un Macri con una imagen negativa alta y el ascenso de Rodríguez Larreta.

En La Pampa se suma al escenario nacional las particularidades del territorio. Las consecuencias de las tormentas en Santa Rosa por ejemplo, abrieron la grieta local. Una situación climática inaudita que no estaba en los planes de nadie, pero cuyas secuelas repercutieron en la intendencia.

La gestión de la pandemia en la Provincia también genera ruidos internos. La tensión, con sus implicancias generacionales, entre quienes quieren mantener las medidas restrictivas y los “rebeldes”.

¿Provincializar o nacionalizar?

En este clima se vendrán elecciones (por ahora están las PASO, aunque los gobernadores insisten en suspenderlas) que generarán tensiones políticas. La dirigencia no quiere por el momento mover las piezas en un tablero difícil de medir. Es verano. La gente está con otras preocupaciones, y urgencias, como las económicas, y hastiada de una pandemia interminable. Lo electoral se disimula y pospone porque no son tiempos de largar.

Igualmente, se están pensando las estrategias. Cuál será el escenario en La Pampa al momento de la campaña que llegará indefectiblemente. La política fluye siempre.

Desde el PJ se buscará provincializar la elección tratando que no influya la polarización nacional en el territorio. Es el famoso “alambrar La Pampa” del vernismo para intentar evitar que el clima nacional repercuta en lo local. En la lista de legisladores habrá una o un candidato kirchnerista y eso también se debe pensar cómo presentarlo si se quiere disimular la grieta. El PJ quiere evitar la agenda nacional. A favor tiene la gestión del gobernador Sergio Ziliotto que llevó adelante la lucha contra la pandemia de Covid-19 y la figura clave de Carlos Verna (todavía falta definir si va de candidato). Suficientes razones para escaparle al conflicto nacional. No se quiere otro 2017.

En la oposición todavía falta definir si la UCR y el PRO irán juntos, aunque algunos dirigentes descartan caminos separados. En la UCR se prefiere la provincialización de la campaña para desmarcarse de la grieta nacional y la asociación con el macrismo. El PRO no. Esa asociación es su capital político. Las principales espadas que le disputan hoy la agenda al gobierno de Fernández son del PRO y la disputa nacional sirve a los fines electorales del PRO pampeano. Esperan tener un candidato que sea apoyado por las y los principales dirigentes de ese espacio y que sumen frente al PJ (por oposición) y a la UCR (por diferenciación).

Todavía es enero y falta mucho. La pandemia y la economía no dejan lugar para otras cuestiones y cualquier movimiento preelectoral significará generar un malestar innecesario en la sociedad. Se espera el momento para empezar a tejer escenarios.