– Por Norberto G. Asquini – 

En la Expo Rural de General Pico, la que abre la serie de muestras en la provincia, se observó cómo el sector agropecuario, la dirigencia ruralista, está en una etapa de distención y sintonía con la gestión del gobernador Sergio Ziliotto.

Los discursos de los dirigentes rurales, y el tono que les dan, marcan la temperatura de la relación entre el campo y el gobierno provincial. Por supuesto, los reclamos y las críticas hacia el gobierno nacional son constantes y permanentes, pero tanto la dirigencia regional de CARBAP, con Horacio Sallaberry, como la local con Juan Fernández Mendía, dieron cuenta de la distancia que hay y la distinta consideración que tienen, el gobierno el central y el provincial.

Sallaberry habló al referirse a La Pampa de lo “asombrado” que estaba de la prolijidad y su potencial, de las políticas activas del gobierno provincial como la de atenuar tasas para incentivar la producción, de la generación de exportaciones y la apertura al diálogo del sector rural en las mesas de decisión. Fernández Mendía indicó que “desorientan las inconsistencias” entre un gobierno nacional que ralentiza la producción y uno provincial que apoya al sector. En declaraciones posteriores, hizo hincapié en el diálogo permanente con los funcionarios de Ziliotto, más allá de que puede haber diferencias de criterios.

Si el tono de los discursos del campo marca la posición del sector hacia las administraciones del momento, la presencia o no del gobernador también es una señal. Y Ziliotto estuvo en el palco, a pesar de que no tenía previsto asistir, y cayó de sorpresa.

Ziliotto en este sentido es un gobernador que logró un difícil equilibrio, entre no ir contra el gobierno nacional en su política para el sector agropecuario, pero que mantuvo los canales abiertos con el sector del campo. Sin llegar a levantar la voz contra Alberto Fernández, como hicieron en julio pasado sus pares de Santa Fe, Omar Perotti, y de Córdoba, Juan Schiaretti, por las críticas del presidente al campo de no liquidar las cosechas; pero también sin hacerse el desentendido como el de Buenos Aires, Axel Kicillof.

Los discursos de la dirigencia ruralista, dijimos, marcan la temperatura política de la relación con los gobiernos en cada momento. Durante el gobierno de Oscar Mario Jorge, y luego del conflicto por la 125, fueron duros los cuestionamientos por el alineamiento del gobernador con la presidenta Cristina Fernández. El mandatario directamente esquivaba las muestras.

Si analizamos los que dieron los presidentes de la Sociedad Rural de Pico en esta etapa, se puede dar como ejemplo extremo el de Pico Santiago Gándara, con un tono procesista por el que luego tuvo que apartarse de la institución. Cuando se habla con los dirigentes de la entidad piquense, ponen paños fríos a esa cuestión. Afirman que fue una postura más personal que institucional, no avalada por la entidad.

Pero el tono era duro: en 2012 en Realicó se advertía desde CARBAP que “las fuerzas del socialismo y el populismo avanzan en los pueblos latinoamericanos”. En 2013 se pedía el apoyo para los “agrodiputados” opositores. Y en Pico se criticaba la relación entre el gobierno jorgista y Casa Rosada.

Durante el gobierno macrista, por ejemplo, hubo dos momentos. Si en 2017 el discurso del presidente de la Sociedad Rural piquense estaba en sintonía con una administración nacional liberal que parecía apoyar al sector, y el gobernador Carlos Verna no asistió a la inauguración; al año siguiente el mandatario provincial estaba en la tribuna (aunque no dio el discurso) y el titular de la entidad rural criticaba al presidente por volver a poner las retenciones.

Los momentos económicos y las políticas hacia el sector agropecuario (apertura o no de exportaciones, retenciones, etc.) marcan la relación política del campo con el Estado provincial y nacional. Pero también influye la visión política que tiene el gobierno provincial hacia el campo (más apertura, más diálogo, más apoyo financiero, etc). En ese sentido, hoy encontramos un tiempo de sintonía fina entre ambos.

Habrá que estar atentos a los demás discursos que se escuchen en las exposiciones rurales que se sucedan en los próximos fines de semana, pero la temperatura política del sector parece hacer la diferencia entre un gobierno nacional, que desde su óptica parece pisarles la cabeza, y uno provincial que entiende sus reclamos. En vísperas de los tiempos electorales, esto no es poco para el gobierno pampeano.