– Por Norberto G. Asquini –
La realidad nacional empuja a la política a definirse de un lado o del otro de la nueva grieta: se está con Milei o se está contra Milei. Para algunos, hay Milei para rato (las encuestas muestran todavía el apoyo “esperanzado” a su figura de un 50%); y para otros el desastre económico que está dejando tiene que llevar a su gobierno a la ruina.
En este nuevo escenario, las distintas fuerzas se están reconfigurando y en La Pampa, lo hemos dicho, cada sector no está exento. Los dirigentes locales miran lo que ocurre en la macro política tratando de pispear un futuro que hoy es incierto. El problema es que de un lado está Milei, con toda su centralidad, absorbiendo a buena parte de lo que era Juntos por el Cambio; por la otra encontramos una amplia gama de sectores totalmente fragmentados. Y al medio, los “traidores”. Una palabra tan contundente y áspera que antes se usaba en contadas ocasiones, pero que ahora se tira como si nada.
¿Quiénes bailan en esa danza de los traidores? La CGT de Santa Rosa trató de esta manera a los dos Martines del PRO (los diputados Ardohain y Maquieyra) por votar la Ley Bases (en esto le erraron feo: los dos saben lo que representan y porqué votan lo que votan). Lo tildan así al senador Daniel Kroneberger porque se lo vio participando de la marcha en defensa de la Universidad pública, pero apoya las leyes de Milei. Al gobernador Axel Kicillof porque levanta la voz para empezar a entonar una canción diferente en el peronismo. O al gobernador peronista de Catarmarca porque ahora apoya las leyes de Milei. Parte de las contradicciones y la desorientación actual, como del gobierno libertario que está contra los impuestos pero mete más, que impulsa la desregulación del mercado pero regula empresas, que pide menos Estado pero contrata a sus trolls.
Vamos a La Pampa. La reconfiguración llegará al escenario provincial, aunque como siempre, los cambios se den moderados y tardíos. El más seguro será la deriva derechista: el PRO aliándose con sectores de derecha como LLA (como va a ocurrir en 2025 a nivel nacional) y con el tren fantasma de Comunidad Organizada. Lo nacional empuja lo provincial.
¿Y el radicalismo? Todavía falta mucho trecho por andar, pero en su interior se viven sus desacuerdos. Si a nivel nacional están los colaboracionistas como De Loredo o Cornejo o los críticos como Lousteau y Manes, en la provincia también están los que apoyan a Milei y los que lo critican. Los que analizan que en 2025 deberán seguir con la alianza con el PRO pero también con la ultraderecha de LLA y CO; y los que ven espantados ese límite.
Entre estos últimos encontramos los que a futuro, si el escenario nacional termina por arrinconarlos en elegir entre Milei o contra Milei, hablan de un “proyecto a la cordobesa”: intendentes enojados con la derecha partidaria que se sumaron a la alianza peronista provincial y pusieron la vicegobernadora de Llaryora. O hasta implementar partidos locales para no ser arrastrados por la deriva libertaria. Hay una cuestión que alienta esta visión: los partidos políticos están detonados y el radicalismo dividido. Ya está demostrado que se puede participar de alianzas por fuera del partido sin dejar de ser del partido, se llame radical o no. Hay diferencias: en el norte los intendentes de la UCR son más antiperonistas, en el oeste y el sur más pragmáticos.
Y finalmente está el peronismo, bien asentado en la otra vereda de Milei. Las encuestas muestran que la imagen del gobernador Sergio Ziliotto está fortalecida en su resistencia al gobierno libertario. Pero hay cuestiones a atender hacia adelante: una será ver cómo ampliar la base electoral hacia 2027 (queda todavía una vida por delante) y dónde ir a buscar esos votos que serán necesarios. Tal vez una nueva coalición. Otra son los sectores que meten ruido, como los intendentes “no alineados” al mandatario, dando una pelea por demás inoportuna cuando el conflicto central pasa por otro lado.
El próximo congreso del 18 de mayo dará la pauta del estado de situación actual de un peronismo provincial acechado por los fantasmas nacionales pero que ha sabido sostenerse frente a la debacle del PJ nacional.