(General Pico) – El juez de control de esta ciudad, Heber Pregno, condenó ayer lunes a María de los Angeles Bermay (33 años) en calidad de coautora de 36 estafas a tres años de prisión en suspenso y le impuso reglas de conducta por dos años. Además, sentenció a su hermana, Lucía Soledad Bermay (25), por el mismo cargo, a tres años de prisión efectiva. Ambas son de la ciudad bonaerense de Azul, donde fueron detenidas en junio pasado.

La causa se resolvió por un acuerdo de juicio abreviado convenido por el fiscal general Armando Agüero, las imputadas y el defensor de ambas, Norberto Paesani.

El juez acreditó que la mayor de las hermanas, desapoderado de 712.200 pesos a vecinos y vecinas de diferentes localidades del norte provincial, mediante la venta de teléfonos celulares. La investigación certificó que fueron 36 estafas, que cometió junto a un hombre y a su hermana menor.

También se demostró la participación de Lucía Bermay en los hechos investigados. En su caso, a través de su hermana, logró la apertura de una cuenta de Ualá, a través de la cual administraba el dinero que le sacaban a sus víctimas.

Ventas.
De los delitos participó un hombre, que con una identidad falsa contactó a personas a través de Facebook, para ofrecerles ser intermediarias en la venta de teléfonos celulares a cambio de una comisión. El falso vendedor y María Bermay recibieron a través de transferencias, el pago de señas o reservas por sumas que van entre los 4 mil y los 8 mil pesos por la presunta compra de teléfonos celulares. Sin embargo, los damnificados nunca recibieron los aparatos telefónicos.

«Las hermanas Bermay, obrando en coautoría con quien mintió en ser A.N., perpetraron estas estafas como delito reiterado, perjudicando económicamente a varias personas. El ardid desplegado para concretar estos hechos se ha repetido, con todas las víctimas y revendedoras.

Lograba, bajo promesa de comisión por operación, que éstas ofrecieran a los damnificados venderles dos celulares al precio de uno, seduciendo a los mismos con esta gran oportunidad. Así alcanzando a concretarse todas esas transacciones, en apenas 20 días, por lo que las personas señaban sus teléfonos, pero nunca los recibieron», dijo el juez en el fallo.

Además, señaló que la persona que contactó y contrató a las y los intermediarios, luego dio de baja la cuenta, y dejó de atender mensajes y llamadas que recibía en los números telefónicos que usó para hacer las estafas.

FOTO: EL JUEZ HEBER PREGNO.