Policías de la Comisaría Sexta de Santa Rosa irrumpieron en la madrugada en dos encuentros o fiestas clandestinas en Santa Rosa, en medio de las prohibiciones para evitar la propagación del coronavirus. En una de ellas, incluso, los policías fueron atacados: uno casi fue apuñalado y otro recibió un botellazo en la cabeza.

En ambos casos, los policías concurrieron por pedido de vecinos que llamaron al 101 y advirtieron que había fiestas clandestinas.

Estos encuentros fueron organizados pese a que precisamente en las últimas horas el Gobierno de Sergio Ziliotto cuestionó la falta de responsabilidad social de una minoría de la sociedad y decidió prohibir los reencuentros sociales y familiares por la noche y madrugada y, además, estableció que no se puede circular entre la 1.30 y la 7 horas de la madrugada. El detonante de la decisión tomada por Ziliotto fue una fiesta en la avenida Perón, con unas 80 personas.

Ahora, en la madrugada de este sábado, la Policía fue convocada a una casa quinta de las calles Onischuk y Hernández, detrás del complejo Los Pinos.

“Vecinos llamaron al 101 y policías constataron que había una fiesta”, dijo el comisario Gastón Benvenutto a Diario Textual.

Allí encontraron a quince personas, entre varones y mujeres, de entre 18 y 20 años. La Policía, además de iniciarles causas por violación al artículo 205 del Código Penal y a los decretos provinciales que impiden los encuentros sociales, le secuestró una Toyota Hilux, una Toyota RAV y un Peugeot 308. También les secuestraron una conservadora con bebidas y un equipo de música.

Posteriormente, a las 2.50 concurrieron a una casa de Guatraché y Hucal, en Villa Parque. “Nos advirtieron que había una pelea. Cuando llegamos, uno de los jóvenes fue observado con un cuchillo”, contó el comisario.

Ese joven intentó apuñalar a un agente: el cuchillo cortó la campera y le rozó el abdomen al policía.

Un oficial salió en su auxilio y fue atacado por otro joven: le rompió una botella en la cabeza. Luego, también rompieron a piedrazos los vidrios de un patrullero.

Finalmente los policías demoraron a 17 personas –tres de ellos, menores de edad-. Posteriormente quedaron solo detenidos los dos atacantes. Tienen 18 años y son primos.

Un policía, además, pudo detectar que en la casa había una bicicleta que había sido recientemente robada.

Entre otras causas, serán acusados por hurto, daño, resistencia a la autoridad y por violación a las medidas para evitar la propagación de una pandemia.