Diario Letra B

Gestión o “rosca”: Juntos más juntos, peronismo en debate

Por Norberto G. Asquini

En la política pampeana todos tienen un ojo puesto en las urgencias y preocupaciones del hoy, pero también otro en las definiciones hacia 2025. En el campo opositor al peronismo, algo ha cambiado en los últimos meses: lo que podemos llamar Juntos por el Cambio (UCR + Pro + aliados), están más juntos que nunca. En el peronismo, hay un debate larvado sobre lo que vendrá. Y en ambos, los tironeos entre gestión y política van tejiendo la discusión diaria.

Vamos a Juntos. Mientras a nivel nacional la alianza entre UCR y Pro naufraga ante los tiempos políticos de Milei (UCR más o menos cercana a los libertarios, amarillos más o menos cerca también), en La Pampa ambas fuerzas buscan que el sello sobreviva y están más unidos que nunca. Ahora también sumando a la “runfla” de Comunidad Organizada, aunque ese debate todavía no se lo dan abiertamente para evitar rispideces. Hubo un tiempo en que la competencia entre radicales y amarillos era casi despiadada y buscaban diferenciarse y sacar ventaja más que en encontrar acuerdos. Ahora hay un sentido común: es mejor juntos que divididos, se gana más.

Por un lado, esta lógica surge en defensa ante la amenaza de Milei. Temen perder el electorado que es acechado por los libertarios. Pero sobre todo, los puentes se tienden mirando hacia 2027: impulsados a nivel nacional por un gobierno no peronista como el de Milei, están esperanzados en que en 2027 puedan ganarle al peronismo en La Pampa. Y para eso van a querer sumar todo lo que se pueda, hasta a CO. En esta segunda cuestión están atados a la ilusión de que la economía libertaria no se desbande y arrase con el apoyo de buena parte de la población que hoy sostiene la figura de Milei.

Gestión versus rosca

Ese es el espíritu que recorre a la UCR, empujado por los intendentes que son el motor partidario. En los encuentros que tienen se los ve unidos y activos, más allá de las diferencias de líneas. De esta manera, los intendentes han logrado imprimirle una nueva lógica al radicalismo y federalizarlo.

Igual está la tensión entre gestión y política, o la rosca. Entre una tendencia más federal que surge en los pueblos frente a una santarro-céntrica si se permite el neologismo, donde todas las decisiones y definiciones antes pasaban por la dirigencia de la capital provincial.

Esta tensión se observó en el debate por el aporte solidario, una ley necesaria para el gobierno provincial. Los diputados provinciales, más cercanos al Pro, traban la aprobación de la ley desde hace meses buscando modificaciones en su letra y apretados por el Pro y CO. Los intendentes reclaman que se pongan a trabajar y la voten porque son necesarios los fondos.

Otro ejemplo fue el debate que se dio cuando se juntaron intendentes y diputados en Ataliva Roca. Los jefes comunales reclamaron a los legisladores que quieren estar informados de los proyectos y consensuarlos. Se quejaron de que algunos diputados largan proyectos para salir en los medios, que después chocan con sus intereses. Que buscan títulos marketineros y para nada realistas, lo que enojan a los jefes comunales.

El debate que se debe el peronismo

Del lado del peronismo sigue larvado un debate que no se da de manera explícita en los medios, pero que está en las conversaciones. Por un lado tenemos al gobierno provincial, que también hace política hacia afuera en la disputa con Milei y hacia adentro con Juntos que no le aprueba leyes urgentes y necesarias para su administración. El gobernador Sergio Ziliotto lleva adelante la gestión, sin ponerle el acento a la política partidaria en un momento delicado para las finanzas provincial por los recortes nacionales.

Y por otro lado están quienes apuran los procesos hacia 2025 y 2027. La falta de acompañamiento de los diputados provinciales no alineados y los twitters picantes del ex gobernador Carlos Verna son parte de ese juego interno de diferenciarse. Pero sobre todo tenemos a los intendentes no alineados de la tríada General Pico, Santa Rosa y Toay (más algunos aliados), que están en gestión. Buscan tener su propio espacio político frente al Ejecutivo, con la mirada puesta a futuro. El resto de los sectores, la mayoría, hacen por ahora equilibrio entre unos y otros o se hacen los disimulados porque ven que no es el momento de jugarse.

Los principales jugadores (funcionarios e intendentes de pueblos chicos por un lado, diputados e intendentes de las principales ciudades por otro), forman casi todos parte de la misma línea, la Plural. Unos se miden con los otros permanentemente. Los primeros con gestión, los segundos con rosca. En algún momento alguno deberá tomar la decisión de si se continúa atado al tronco común o se divide. Tal vez los tiempos electorales sean el momento. Los actuales, no: la realidad del peronismo nacional condiciona el presente del peronismo pampeano con malas noticias casi diarias.

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