Por Eva Dietrich

Aunque no estemos fijos al suelo, contamos con ciertas raíces que nos brindan soporte y alimento, conectándonos con nuestros afectos. El culto a los antepasados, a las raíces familiares, nos ayuda a relacionarnos con la naturaleza y con nuestros valores.

Nosotros no tenemos raíces propiamente dichas, aunque nos mantengamos erguidos sobre las plantas de los pies. Sin embargo, cabe preguntarse qué vínculos profundos nos mantienen unidos a la vida, al espíritu y a nuestros afectos.

La palabra raíz significa origen y esencia. Por eso es necesario volver a ellas cada tanto. Lo mismo pasa con nuestra tradición que es un legado de los rasgos étnicos y culturales de cada pueblo, sus costumbres y, sobre todo, su forma de espiritualidad. Se transmite de una generación a otra una sabiduría para con nosotros y el mundo. Preservar y apreciar las tradiciones es una labor enriquecedora.

Como dice la canción Las Simples Cosas de Chávela Vargas siempre hay motivos para volver a esos lugares cargados de historias, quizás al volver de nuevo a esos lugares que han marcado tu vida ya no podrás volver a verlos igual.

Por eso conversamos con Priscila Aguirre y su paso por el aniversario de Macachín, lugar que la vio crecer.

¿Cómo llegó la música en tu vida?
Desde mi infancia siempre estuve rodeada por las influencias de mi madre y mi abuela. A pesar que estudié guitarra y órgano, el canto siempre lo aprendí por mis propios medios, porque en el pueblo no había profesor de canto, y por cantar en la iglesia.

¿Qué sentiste volver a tu pueblo Macachín a cantar por los 120 años?
Haber vuelto a cantar en este evento me generó mucha felicidad y placer, ver que la gente me reciba con tanto cariño y eso me da mucho orgullo porque no me imaginaba volver para su aniversario.

¿Estas conforme con todo lo logrado y vivido hasta ahora?
Estoy muy conforme con todo lo que he vivido porque cada etapa fue un aprendizaje, desde el criarme en un ambiente lleno de música, como lo era en la iglesia que fue mi primer escuela y me enseñó muchísimo, tener una familia que me inculcara buenos valores, y cuando me vine a estudiar música a Santa Rosa fue mucho aprendizaje invertido, tanto en lo personal como profesional, moldeando mi carácter todo el tiempo.

¿Cuáles son tus influencias?
El góspel, el rock y la cumbia. En interpretes Mercedes Sosa me parece espectacular, también la cantante de Duratierra y Lila Downs, son mujeres asombrosas que dejan mensajes increíbles a través de la música.

¿Con qué frase musical te identificas?
La frase que me identifica mucho este año es “somos una especie en viaje, no tenemos pertenencias sino equipaje” de Jorge Drexler llamado Movimiento.

¿Qué piensas al momento de cantar tus covers? ¿Qué te hacen sentir?
Al momento de cantarlos me gusta analizar qué es lo que voy a contar y qué está diciendo la letra y siento que soy una interprete que cuenta una historia o compartiendo una poesía a través de melodías.

¿Qué recuerdo tenés de tu presentación con “Lápices” en la sociedad Española?
El recuerdo que tengo de presentar esa obra fue fuerte porque a pesar de ser una obra enorme siempre vamos cambiando de espacios entre grandes y chicos, de gran trabajo y desafío a lo largo de La Pampa. También estaba nerviosa porque estaban la gente que me conocía y por eso quería brindar lo mejor por el mensaje tan fuerte que trae Lápices y compartirla de la mejor manera posible. Fue mi mejor experiencia y la gente luego agradeció con tanto amor y calidez.

¿Qué extrañas de Macachín?
Lo que más extraño es compartir los momentos en familia, tengo muy buenos recuerdos también del pueblo, considero que es un lugar hermoso pero a mí me tocó partir a buscar mi sueño.

¿Qué te transmite Salinas Grandes y por qué elegiste grabar Pequeña Flor de Juani de Pian ahí?
Es un lugar que amo mucho primero porque mi familia era de Salinas grandes, mi mamá con mi abuela se criaron ahí y por eso siempre soñé con hacer un videoclips ahí. De chica soñaba que cuando sea cantante profesional iba hacer un videoclips en ese lugar que recorre la historia de mi familia. Pequeña Flor de autores pampeanos con una letra bastante profunda, porque habla de esos caminos que uno transita durante su vida, sus aprendizajes, aprender a volar, madurar y ese lugar era muy significativo para mí.

¿Qué enseñanzas te ha dado y da la música?
Primero a ser muchísimo más empática con la gente, a poder vivir y atravesar por las venas todo lo que van diciendo las letras de las canciones que voy haciendo y me ha enseñado a compartir mucho, a explorar, y experimentar sentimientos muy fuertes.

¿Cómo te ves en un futuro?
Me veo haciendo música imaginando que voy cantando por muchos lugares mientras viajo compartiendo música, conociendo gente nueva que estemos en la misma sintonía, que les guste lo que hago, que podamos conectar para llevar un mensaje, transmitiendo lo reciproco de cada uno y de mí.

¿Qué te inspira al momento de componer y que mensaje quieres dar?
Me inspira que soy un ser evolutivo y en constante cambio, que lo que hoy soy el día de mañana lo puedo mejorar más y quiero transmitir que la gente aprenda eso. Que no nos quedemos con el ”yo soy así” y que lo que creas de vos misma poder proyectar para el futuro y más cuando se practica la fe atrayendo lo positivo, hay que intentar porque la palabra no ya la tenemos, que nunca es tarde y siempre podemos volver a empezar.

Finalizamos esta charla con una frase de Natalia Lafourcade que habla de volver a las raíces “Yo te llevo dentro, hasta la raíz, y, por más que crezca vas a estar aquí o que yo me oculte tras la montaña y encuentre un campo lleno de caña no habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas…