Por Norberto G. Asquini

Se largó la campaña para las PASO 2023 en La Pampa, una elección que en la provincia se convirtió en la más anodina de las que hubo hasta el momento. El interés de los votantes, si es que lo hay, está puesto en las figuras presidenciales, y poco más. El malestar, la bronca, la incertidumbre de la gente no da lugar para pensar más que en qué pasará con el país a partir del próximo 10 de diciembre.

Las distintas fuerzas políticas se encuentran condicionadas por este panorama. Casi no hay recursos. Solamente están movilizados dirigentes y militantes, y no todos. Se nota en Juntos por el Cambio, porque tienen por delante una interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, con sus referentes locales. Unión por la Patria cuenta con la red del peronismo que es larga y extensa. El resto tiene que intentar hacerse escuchar en el desierto político en que se convirtió la provincia.

Donde parece que más se va a sentir esa distancia de lo nacional con lo provincial es en las visitas. Parece que ningún candidato presidencial, de los de peso, tiene agendada La Pampa, comprometidos con otros lugares donde los votos los encuentran en cantidad. Nuestra provincia no va hacer la diferencia. Si el precandidato a vicepresidente Gerardo Morales estará esta semana en La Pampa, es porque el postulante local de su lista es radical. Del lado de Bullrich, estuvo la “Locomotora” Oliveras, una presencia más llamativa que política.

Frente a este escenario, los precandidatos locales hacen su campaña. En Unidos por la Patria Ariel Rauschenberger recorre la provincia acompañado por los intendentes Gabriela Laboire (Jacinto Arauz) y Pascual Fernández (Uriburu), que también integran la lista. Actos y visitas con la contención del peronismo local. Mientras se pudo hacer, Rauschenberger acompañó al gobernador Sergio Ziliotto en cada acto o anuncio.

Juntos por el Cambio tiene como aliciente la interna nacional y la local. El radical Francisco Torroba con Larreta y Martín Ardohain con Bullrich se disputarán el pase para el Congreso. Que se imponga uno u otro dependerá cómo le vaya a Larreta o Bullrich más que a las adhesiones locales. Tanto de un lado como del otro tienen encuestas nacionales (las locales no las muestran) que indican a los dos como ganadores. Torroba empezó con visitas por el norte provincial, donde se analiza que Bullrich estaría mejor posicionada.

En ese sentido, las estructuras partidarias parece que se diluyen frente al voto espontáneo que arrastran los precandidatos presidenciales. Pero esas estructuras también mueven votos y pueden hacer alguna diferencia. De ahí que el acto central de Morales se haga en General Acha. La ciudad al sur de la provincia se ha convertido en la joya de JxC luego de las elecciones en las que el intendente Abel Sabarots fue reelecto con el 82%. Tanto que ahora se les abrió la lista a representantes de esa localidad cuando antes no fueron tenidos en cuenta.

A ese clima de desinterés en la provincia también contribuye la postura de algunos sectores internos que tanto en UP como en JxC prefirieron no comprometerse con las listas en juego. Le pasa al radicalismo con los celestes, que dieron un paso al costado después de quedarse sin candidatos propios.

No parece que el escenario vaya a cambiar de acá al 13 de agosto. Tal vez los precandidatos locales salgan un poco más en los medios o que las estructuras locales se empiecen a movilizar. Golpeada por la situación económica, embroncada con lo que vive o algo esperanzada con lo que pueda venir, la gente irá a las urnas pensando solo en un puñado de posibilidades. En tres o cuatro boletas presidenciales. El resto solo acompañará.