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Brisa Müller, estudiante de 3º año del ciclo básico del Instituto Manuel Belgrano de Macachín, fue la primera estudiante de la localidad en participar de una instancia nacional. Brisa contó para El Fiduciario que “la experiencia fue muy enriquecedora en lo personal y lo mejor que pude traer fue la adaptación a la preparación previa que tienen estas evaluaciones que es sentarse frente a un libro gordo y con mucho contenido y poder entenderlo, resumirlo, poder explicarlo, poder transmitirlo. Experiencias como estas te demuestran que vale la pena estudiar, que vale la pena el esfuerzo, las ganas”.

Sin dudas, ser parte de las olimpiadas trajo consigo miedos, inseguridades, noches sin dormir. “El motor que me impulsó a anotarme a estas olimpiadas fue la profesora Rosana Armellini, que me propuso hace un año anotarme, y uno empieza a dudar de sí misma, de su capacidad y de que no va a llegar y de que es mucho y de que no se si puedo. Entonces el año pasado me anotó y me eliminó por mis dudas, por la inseguridad que tenía. Este año directamente le dije nuevamente que no sabía si podía y una vez que me anotó en esa lista no me quiso borrar por más que le insistiera en que me saque” comentó Brisa.

En ese sentido, la estudiante destaca que sin el apoyo de sus seres queridos ello no hubiese sido posible: “Dentro del ámbito de personas que me rodean me apoyaron muchísimo, me brindaron muchísima seguridad para seguir una a una las instancias. Mi familia me sostuvo mucho tiempo porque no es fácil tampoco en dos semanas ponerse a estudiar un libro de 300 páginas, noches sin dormir, al otro día el humor no era el mismo de siempre entonces en esos detalles siempre estuvo conteniéndome mi familia y amigos”.

Por otra parte, las temáticas que se abarcaron fueron diversas: la revolución verde, la cultura del mercado, espacios naturales y rurales, ganadería americana, red urbana, ciudades argentinas, formación del espacio urbano, áreas protegidas, población y su distribución, territorio, pueblo, gobierno, bloques económicos, evolución de las personas en la cultura, los puntos extremos de la Argentina “que ese tema me gustó bastante la fosa de las Marianas que es el punto más bajo que tiene el mundo donde aún investigadores no han llegado”, expresó Brisa.

Las instancias de la Olimpiada de Geografía no solo es de competencia sino también de aprendizaje, como manera de empezar a formar ciudadanos críticos y reflexivos sobre la realidad.

Ello desde la asignatura “geografía” puede lograrse y en sus palabras Brisa deja entrever lo rico de la materia. “Lo que mas me atrae de la materia es que si bien el ser humano nace en un espacio geográfico y se muere en un espacio geográfico, dentro del mismo hay cambios que son parte de la evolución y que existe una teoría que los ampara, los explica. Eso es lo interesante de aprender, saber donde estamos parados, saber que es lo que nos rodea”.

Sin embargo, Brisa Müller destaca que el formato de evaluación de la Olimpiada se basa en la “vieja escuela donde todo es enciclopedista, está muy basado en términos específicos, en formalidad y es muy específico porque se trata de multiple choice, te dan un concepto tenes que decir una definición; te dan una definición tener que decir el concepto. Te piden puntos cardinales, en ningún momento te dejan desarrollar la temática de todo un tema”.

La joven estudiante realizó un balance más que positivo de su participación: “El balance que destaco es haber conocido la capital santafesina, poder conocer a mucha gente de otras provincias porque nos permitió interactuar con todos los representantes de las otras localidades y provincias y fue una experiencia hermosa”.

Fuente: El Fiduciario