– Por Norberto G. Asquini –

Mientras Unión por la Patria busca la manera de competir contra la ola Milei en la campaña para la elección presidencial del 22 de octubre, en La Pampa el gobernador Sergio Ziliotto decidió jugarse al todo o nada por dar vuelta el resultado de las PASO.

El mandatario se puso al frente de la campaña y respalda al candidato peronista y ministro de Economía Sergio Massa, que parece estar demasiado solo frente al desafío electoral y al vendaval económico. El cachetazo de las PASO dejó a los dirigentes de UP en muchos casos inmovilizados y sin respuestas. El presidente Alberto Fernández no tiene peso y Cristina Fernández por ahora mantiene un perfil subterráneo.

Massa tiene el respaldo de aquellos dirigentes que se juegan su destino en el territorio, como Axel Kicillof en Buenos Aires, o por aquellos gobernadores que se han puesto al frente de las campañas, como Ziliotto. Ningún mandatario provincial, peronista o no peronista, quiere imaginar su futuro en un país gobernador por Milei. Los intendentes tampoco deberían. Igualmente no todos parecen estar comprometidos con esa línea. El santafesino Omar Perotti se adelantó y dijo que en un balojate entre Milei y Bullrich apoyaría a Milei. La pelea del peronismo no es esa.

Por ahora la campaña pampeana que está por larga tiene como principal objetivo el de movilizar a aquellos jefes comunales que no parecieron estar del todo comprometidos o conscientes de lo que puede pasar si llega a la presidencia el libertario. Por el lado comunicacional, se impone el discurso del “miedo”. El periodista Facundo Chaves analizó que los equipos de campaña de UP empezaron a diseñar una nueva etapa, donde pondrían de relieve, más que descalificaciones o críticas personales a Milei, exponer cuál puede ser el resultado concreto de sus propuestas más controversiales.

En La Pampa ocurre algo similar y se subieron a ese giro. Una campaña en defensa propia frente a un futuro gobierno de Milei, sobre todo en lo que puede perder la provincia. Milei ya advirtió que usará “el rebenque” con los gobernadores, o sea darles menos plata que la que les corresponde. Eso, traducido por el peronismo, significaría menos obras, ajuste en la salud pública, desaparición de la cláusula gatillo, cierre del crédito a productores e industriales, y la lista sigue.

También se observó ese giro en la respuesta a la nueva polémica generada por Milei cuando dijo que “una empresa puede contaminar un río todo lo que quiera”. Se la dejó servida en banquete al peronismo pampeano, que ha hecho de la defensa de sus recursos hídricos una bandera provincial en la que no hay ateos.

El intercambio en redes de los últimos días entre Massa y Milei confirmó que los dos se priorizan como adversarios en octubre y para un hipotético balotaje, lo que dejaría en segundo plano a Patricia Bullrich. Y esto también ayudaría al peronismo pampeano.

Ziliotto empezó también a ajustar la estrategia provincial para buscar aquellos votos que se escaparon. En todas las elecciones nacionales, en La Pampa al peronismo siempre le va mejor en la general que en las primarias, cuando se recalibra la campaña. No puede ser que en General Pico, la “capital del peronismo”, UP haya quedado tercero o en el departamento Puelén Milei haya obtenido el 54% de los sufragios. En esta etapa habrá que buscar los votos entre los “blandos” que votaron a Milei y que ahora empezaron a conocer sus propuestas y entre quienes no fueron a las PASO.

El operativo para activar a intendentes y sectores del PJ ya empezó y se profundizará en los próximos días para empezar a partir del próximo fin de semana la campaña con la mira puesta en ganarle a Milei en La Pampa. Ziliotto decidió ponerse al frente de la campaña provincial para jugársela por entero al todo o nada. No está fácil, pero no es imposible.