La seguridad vial y la distribución de la producción pampeana están en grave riesgo debido al deterioro de los corredores nacionales, que no reciben mantenimiento ni inversión por parte del Gobierno nacional. Ante este panorama crítico, el presidente de la Dirección Provincial de Vialidad, Rodrigo Cadenas, realizó un análisis detallado de la situación que llevó al gobernador Sergio Ziliotto a solicitar la administración de las obras viales con los recursos económicos correspondientes.
Pedido urgente de la provincia
En su discurso de apertura de sesiones en la Cámara de Diputados, el gobernador Ziliotto subrayó la urgencia de intervenir en las rutas nacionales, solicitando formalmente al Gobierno nacional la potestad para encargarse de su reparación y mantenimiento. Actualmente, el 42% de estas vías se encuentra al borde del colapso, según un estudio de seguridad vial, y más del 80% del tránsito vehicular provincial depende de estos caminos.
Desde la asunción de Javier Milei como presidente, la inversión en infraestructura vial ha sido nula, lo que ha agravado la situación. En La Pampa, aproximadamente 600 kilómetros de corredores nacionales presentan un estado alarmante. Las rutas más afectadas incluyen la 5 (entre Santa Rosa y La Gloria), la 152, la 143, la 151, la 154, la 188 y varios tramos de la 35.
Seguridad vial y producción en peligro
El deterioro de las rutas no solo pone en riesgo la seguridad vial, sino que también afecta la conectividad de la provincia con el resto del país, dificultando la distribución de la producción local. Ziliotto advirtió que los fondos destinados a infraestructura vial provienen del impuesto a los combustibles, pero no están siendo reinvertidos en su totalidad. En enero, la provincia solicitó el acceso a estos recursos para poder llevar adelante las tareas de mantenimiento necesarias.
En línea con la postura del gobernador, Cadenas alertó sobre la gravedad del problema: “Es urgente tomar medidas ante el deterioro de la red vial nacional en La Pampa. Se necesita una acción inmediata para garantizar condiciones seguras de tránsito”.
La amenaza de colapso
Cadenas explicó que el desgaste de los pavimentos no es uniforme: al inicio, el deterioro es lento, pero en las etapas finales se acelera de manera exponencial. “Si no se actúa a tiempo, las rutas llegarán a un punto en el que ya no podrán ser reparadas con mantenimiento superficial, sino que necesitarán una reconstrucción completa”, advirtió.
Un informe técnico reveló que el 42% de las rutas nacionales en la provincia está en estado crítico, con problemas como baches, deformaciones, fisuras, banquinas descalzadas y falta de capacidad vehicular. Además, el 15% de la red se encuentra en una etapa de deterioro avanzado, lo que significa que, sin intervención inmediata, más de la mitad de las rutas nacionales estarán en condiciones intransitables.
El impacto de esta crisis se extiende más allá de las rutas nacionales. El mal estado de estos corredores está generando un desvío del tránsito hacia las rutas provinciales, que no están diseñadas para soportar tal volumen vehicular, lo que acelera su desgaste y aumenta los costos de mantenimiento para el gobierno local.
Un llamado a la acción
El abandono de la red vial nacional no solo genera un deterioro acelerado, sino que también encarece las futuras reparaciones, haciendo que la recuperación sea aún más costosa y difícil. “De no tomarse medidas urgentes, el daño afectará la conectividad, la seguridad y el funcionamiento normal de la provincia”, concluyó Cadenas. La Pampa sigue a la espera de una respuesta del Gobierno nacional que permita revertir esta situación antes de que las consecuencias sean irreversibles.